“La única salida de emergencia
es la que llevamos dentro”
Leila Guerriero
Ahí donde puedo volver a verte: en el colibrí mítico que sabe llegar a tiempo y no sabe mentir, en el pájaro silvestre que se acerca a la mesa del café donde hablo de ti y me pone la pluma en la mano; en las golondrinas que hacen nido en la cochera, porque se ganaron el derecho, porque te vencieron, porque fueron de ti y porque ahora son una versión de ti. Esa es la salida de esta vida triste. Pero nunca mejor salida que cuando puedo verte dentro de un sueño: de pie, fuerte, marcándome el camino.
Estás allá y no acá, porque en tus prisas y angustias te adelantaste, porque no aguantaste la incongruencia de este mundo distorsionado, porque no encontraste alivio en las palabras que, como amuleto, colgamos cada día de la esperanza por si algo pudiera ser diferente, porque nada volvería a ser lo que esperabas y la vida… esa ya era oro líquido resbalando por entre tus manos.
Hoy un año, después serán dos… Como las dos alas que fuimos, por eso volamos en otro cielo, como dos piernas con las que corrimos tanto, pretendiendo ganar tiempo al tiempo ya robado. Como dos manos para moldear la suerte que, en la mala suerte, nos tocó vivir. Éramos dos… Ahora soy sólo yo buscándote, mi salida de emergencia.