Martha A. Echevarria

Creación Literaria

Sin ellos…

A lo largo del día, tanto en mi celular de manera directa, como en general en las redes sociales, desfilaron ante mis ojos mensajes de felicitación, agradecimiento o aliento por este oficio que, según creencias, mitos o leyendas, escogimos ser en total libertad y pleno uso de nuestras facultades mentales. Sin embargo, debo aclarar que, en mi caso, no fui yo la que eligió ser maestra, sino que fue el oficio quien, sin previo aviso, me eligió a mí.

Un día, terminado el ciclo de aprendizaje, cuando menos pensé, me vi enredada entre libros y textos, míos y de otros; entre gente que quería aprender a escribir y, ante la magia, no me pude resistir y entonces, supe que quería enseñar a todo el que quisiera descubrir los misterios de la creación literaria.

Han pasado los años y sigo aquí, sorprendiéndome con lo mucho que este camino me ha enseñado. Comprobando que, cuando Jorge Luis Borges dijo: “A mí me gusta mucho enseñar, sobre todo porque mientras enseño, estoy aprendiendo”, no mintió, porque, en efecto, son los alumnos los que brindan enseñanzas a los maestros. Sin ellos este mundo no estaría completo, sin ellos, este día ya se habría caído del calendario.

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